martes, 29 de mayo de 2012

"-Disculpa si te llamo “amor mío”... –musité sin percatarme de que ese pensamiento lo había dejado salir al exterior en la forma menos romántica que conozco... Las palabras.

 
La tentación y la fuerza que el deseo ejerció sobre mí fue mayor a cualquier otra que hubiera experimentado en toda mi vida... y fue tan sencillo en realidad... solo me incliné... reduciendo la cortísima distancia, terminando por cerrar mis ojos y posar mis labios sobre los suyos, de forma suave e inocente... y sin duda... impertinente...

 
Una chispa pareció encenderse en mi interior... repentinamente ese simple contacto se volvió como una llamarada de emoción. Me separé de él, apenas por un par de milímetros y luego abrí los ojos con una ridícula sonrisa, digna de una persona aún más ridícula."

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