Vamos Amanda, no puedes llegar tarde, es tu primer día de clases en la escuela de artes y ya empiezas con tu pereza.
Una joven de aproximadamente 20 años, tez blanca pelo castaño y ojos color avellana caminaba apresuradamente por las calles de Nueva York mientras llevaba un pequeño bolso color rojo. Su rostro reflejaba la preocupación. No prestaba mucha atención de lo que había a su alrededor después de todo eran solo las 9:00 de la mañana y no había casi nadie caminando por esas largas y frías calles. Solo una cuadra mas, y ya llego. El frío se hacia notar, era invierno, habían pronosticado nevada para ese día. Al fin. Había llegado a su destino, un gran edificio en ubicado en frente de una plaza. El reloj marcaba las 9:25. A tiempo, no puedo creer que casi llego tarde siendo que todos los días anteriores decía que no lo haría.
Narra Amanda.
Al principio estaba desorientada, había muchas puertas dirigidas a clases diferentes, decidí buscar la secretaría, allí me designarían un cuarto y probablemente me enseñarían mas lugares sobre la escuela. O eso creí.
Toqué la puerta y una voz femenina me dijo adelante, obedecí a sus palabras y entré. Una mujer de aproximadamente unos 45 años se encontraba allí firmando algunos papeles.
- ¿Que desea? - me preguntó sin quitar la vista de sus "importantes" papeles.
No llegué a contestarle nada ya que cuando me miró me reconoció... o simplemente ya le habían dado la noticia de que una nueva alumna cursaría el primer año de artes.
- Oh, querida, tu debes ser Amanda Laurie.- me inspeccionó con la mirada.
- Emm... si soy Amanda.-
- Lo suponía, espera aquí por favor.-
Me quede allí esperando mientras la secretaria se había ido hacia algún lado de la institución. Cuando regresó, me entregó una hoja donde tenía el numero de mi clase, no me preguntó si necesitaba alguna ayuda para encontrar el salón simplemente me hiso una seña para que saliera de allí.
Esta bien... que amable fue al ofrecerse para mostrarme el camino.
-Clase 108.- dije en voz alta aún sin quitar la vista de esas letras.
No pude dar ni dos pasos, ya que alguien habia chocado conmigo y tirado todas mis cosas al suelo.
- Lo siento...- Se agachó rapidamente para juntar mis carpetas ya que habían sido expulsadas de mi bolso por el impacto sin dejarme ver su rostro.
- No... no impor...- cuando me entregó todo pude ver sus bellas facciones. Era un joven, alto, pelo negro... y... como olvidarme de sus hermosos ojos color verde olivos junto con su dulce sonrisa.
sigo después me quede vacia che.
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