sábado, 27 de mayo de 2023

0118

 

Quiero arrancarme el corazón, con una mano, con un cuchillo o una daga, no importa cómo. No soporto estos sentimientos, me rehúso a sentir.


El desasosiego me llena, desde las puntas de los pies, hasta llegar a mi cabeza. La tristeza me desborda por los ojos y aunque trate de detenerla, no me veo capaz. Me están pisando el pecho desde hace una semana y yo, solo me encuentro tirado en el piso, un lugar frío y oscuro. Aceptando. Transitando. 


Las risas se volvieron superficiales y vacías. Tener apetito es un lujo, algo por lo cual porvenir si uno tiene las suficientes ganas de quererse quizás un poco y, por supuesto, conciliar el sueño se acerca bastante a lo deseado. Lo esperado.


Pensar se convirtió en una pesadilla otra vez. Manos que señalan, miradas hinchadas y furiosas, voces quebradizas y abrazos fríos es todo lo que se es posible ver. No vas a recibir una muestra verdadera de cariño, quién sabe por cuántos años. Es difícil confiar y abrirse.


Uno se llega a complicar la vida uno mismo, por motivos que me son indiferentes y nunca voy a poder comprender. Es aterrador cómo alguien puede llevarse a cuestas a muchas personas cuando decide hundirse. Creo que es egoísta. Preferiría ahogarme solo con tal de no molestar, lo haría sin chistar y sin lastimar a nadie. ¿Por qué perjudicar al prójimo? No tiene sentido.


¿Cuál es el motivo de todo esto? 



domingo, 2 de abril de 2023

Submarine

 Mi cabeza está bajo el agua, así como mis pulmones y mi corazón.


Mi cuerpo flota sobre líquido, un líquido oscuro, como si fuera el fondo del océano.


No veo luz desde mis ojos, debido a la posición en la que me encuentro, solo puedo mirar hacia arriba, pero tampoco la percibo de otras direcciones.


La superficie también se ve negra. Mi corazón late rápido, como tratando de dar bocanadas de aire para no ahogarse. Lo escucho gritar en mis oídos, lo siento en mi caja torácica.


Mis pensamientos están llenos de agua oscura, tan oscura como el petróleo. El responsable de mis latidos amenaza con llegar al mismo final, aunque no quiere. Mis pulmones se cierran poco a poco y toda esta agua me quita la respiración.


Qué tan asombrosos y catastróficos pueden ser los sentimientos generados por la razón, que pueden llegar a inundarlo a uno hasta hundirlo en cuestión de segundos.


jueves, 23 de marzo de 2023

Tormenta.

 No sé qué estoy sintiendo en este momento. Es una mezcla de ansiedad, malestar físico y dolor en el pecho. Ganas de llorar no me faltan, así como las ganas de llover que tiene el cielo.


Las nubes aparecieron de repente, tapando el gran lienzo celeste y rosa. Amenazando con desbordarse, amenazando con destruirse y largar todo lo acumulado. 


El clima está como yo. Somos uno. Me veo reflejado en él. A veces se me hace increíble cómo el planeta tierra puede espejar nuestros sentimientos. De un abrir y cerrar de ojos, todo puede volverse negro. El cielo puede llorar y mojarnos con sus lágrimas. Así como también, éstas corren por mi rostro.


Me pregunto cuánto durará la tormenta. Me pregunto si el dolor que siento es tan momentáneo como ella. 


Lo único que sé con certeza es que al final, siempre sale el sol.